21 de septiembre de 2014

iniciando con pie derecho

Mientras yo dormía, en las calles se escuchaban cantar cientos de pajaritos situados en las ramas de esos viejos árboles y junto a ellos los acompañaba un clima muy ameno, hacia un poco de frío pero era soportable. Yo estaba en mi casa, en mi cama y  lo único que me despertó fue mi celular con una llamada muy extraña y de un número desconocido, contesté y ¡Vaya sorpresa!, era ella, Andrea, la chica que me vio crecer, dar mis primeros pasos, la que escuchó parte de mis primeras palabras, ella, la que hacia que mi mundo empezara a llenarse de cierta locura; era muy agradable escuchar su voz a través de mi teléfono móvil, pero... la charla no duro más de unas cortas palabras.
 - Diego Fernando Cardona - Dijo ella e inmediatamente le reconocí la voz.
 - Hola Cariño mío ¿Cómo estas?
 - Yo muy bien gracias, oye feliz cumpleaños, te amo mucho, mira tu WhatsApp que te mandé algo
 - Gracias, dale, ya mismo lo miro -Dije yo. -Te amo- agregué.
Nos despedimos y colgamos, esas fueron las palabras más cortar que me alegraron el día.

De inmediato estiré mi brazo para alcanzar mi otro móvil, encendí el Wi-Fi y revisé el WhatApp, un mesaje de Andrea me había llegado como me lo esperaba, lo abrí pero no decía nada más que "Bolsas", -eso no lo entendía-, también había adjuntado una fotografía y un vídeo, me puse a ver el vídeo y algunas lagrimas salieron de mis ojos recorriendo mis mejillas, había comprado una torta de chocolate con fresas le puso velitas y las encendió -simulando que yo estaba con ella-, me cantó el cumpleaños y a lo último sopló las velas por mí, haciéndome pedir un deseo; eso fue lo más emocionante que había visto.

Empezar el día de mis cumpleaños con una llamada, un vídeo y unas fotos de la persona que mas quiero fueron la cosa más hermosa para comenzar a celebrarlos.

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