28 de septiembre de 2014

Grandes amistades nacen de momentos inesperados

Sofia, se encontraba en una tienda de ropa en algún Centro Comercial comprando algunas prendas, ella lucia muy bella, un vestido negro ajustado, tacones rojos, labial rosado, su melena rojiza como de costumbre llevaba una cola alta, su piel tan reluciente como el vinilo blanco y a una hermosa mujer nunca le puede faltar su cartera; En ese momento pasó por el lugar Daniela,  que exhibía un poco masculina pero sin dejar a un lado su toque femenino. Daniela quedó encantada con las detallas curvas de la persona que resplandecía con ese vestido negro; luego de un rato volvió a pasar por el lugar donde se encontraba Sofia y efectivamente estaba allí, así que… Daniela entró a comprar una blusa, ella mira a Sofia pero ésta no la mira sino después de un rato y lo hace mientras Daniela no la está mirando.
Saliendo de la tienda se le cae un paquete a Sofia, Daniela lo recoge pero antes de pasárselo le dice –Mucho gusto, Daniela- –El gusto es mío, Sofia-. Entablaron una corta charla hasta el parqueadero.

-          -  ¿Te llamas sofia, ¿verdad? ¿Y a qué te dedicas?
-           - Soy veterinaria ¿y usted?
-           - Yo me llamo Daniela y soy cantante, ¿Dónde tienes tu veterinaria? Yo tengo una perrita y hace mucho no      la llevo al veterinario.
-           - Queda en la calle Jonas con piedrafuerte.
-           -  Ok, nos seguiremos viendo, dame tu número yo te llamo para llevarte a mi marina (Su cachorro).
-           - Anota, 315 654 J cactus.

Pasaron uno, dos, tres días y –Ring, Ring, le suena el teléfono a Sofia- era ella, Daniela apartando la cita para que su nueva amiga le viera a marina, ya que presentaba una serie de síntomas no comunes en los perros. La cita le quedó para el siguiente día en la mañana, esto le da esperanzas a Daniela de ver a Sofia, pero ella toda la tarde, noche y madrugada se la pasó pensando en qué le diría a Sofia, aparte de los síntomas de su marina; llegó el momento de ir y las dos (Daniela y marina) estaban listas para llegar donde su veterinaria a contarle todo respecto a su mascota, llegaron al lugar y mientras Sofia atiende a marina, Daniela piensa -¿Y si la beso?, no, no es el momento y no sé cómo vaya a reaccionar- Sofia, después de un largo rato de observación con la perra, le da los resulta del chequeo a Daniela. –Le tienes que comprar este medicamento-Dijo Sofia -Daniela lo compra y se marchan- Daniela le dice:

-           - Sofia, quieres aceptar quedar conmigo para tomarnos un café en forma de agradecimiento
-           - Sí acepto, me haría mucho bien des-estresarme.  ¿Cuándo y a qué horas?
-           - Yo te llamo para acordar todo. Ahora debo irme a casa.

Daniela se fue junto con su mascota, estaban muy felices, cuando llegaron a la casa, la dueña de marina tomó el teléfono, marcó a la veterinaria para organizar su quedada. Daniela y Sofia hablaron un largo rato por teléfono, dialogando en un volumen muy bajo y casi sin escucharse acordaron su cita.

Sofia llegó a casa de Daniela para tomarse un café y afianzar más su vínculo de amistad. 

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