A las 8:00 de la mañana los maestros pasaron por cada uno de los salones informando que... ¡la rectora había muerto!.
Como entre los distintos aprendices se cosechó un cierto odio hacia la susodicha fallecida, entonces no lo tomaron con tal importancia; salieron de los salones unos con caras de tristeza y otros con unas caras de no ser sorprendidos, continuaban corriendo, y de repente apareció Juana, era la chica más linda del colegio, cabello largo y rojizo, tez blanca y sus mejillas tan rosadas como las de una muñeca. Ella y Alejandro se miraron por un corto rato, Juana se encaminaba hacía el coliseo con dos amigas más, Alejandro fue a la tienda a comprar algo y luego de cierto tiempo se dirigió al coliseo donde solo estaba ella y sus amigas, las amigas de peli-roja de tez blanca salieron del sitio dejando a el par de colegiales solos. Ellos empezaron a hablar y a acercarse de a poquitos, entre charla y charla terminaron muy juntitos, siguieron hablando y en el momento que una profesora se disponía a entrar, ellos tomaron la decisión de besarse, la profesora los vio y de una los anotó en el observador del estudiante porque todo el colegio estaba de luto mientras ellos dos se estaban besando.
Como si no les importara siguieron besándose frente a la profesora mientras ella tomaba correctivas contra los tortolitos, la maestra al ver que no conseguía ninguna corrección para éste episodio decidió mandarlos para sus hogares y a esta idea le sumo los demás estudiantes, así que nadie más que solo los profesores quedaron ahí en el colegio.
Los dos enamorados salieron de la escuela muy desprevenidos, amándose, besándose, mirándose a los ojos y sin darse cuenta de lo que pasaba en el mundo real; caminaban tomados de la manos y cuando se disponían a cruzar una calle, mientras a lo lejos vieron un carro pero los dos pensaron que alcanzaban a pasar y como iban tan entretenidos apreciándose el uno al otro, el coche siguió e iba tan rápido que en un par de miradas ya estaba frente a ellos, les pitó ¡PI-PI! ¡PI-PI! una y otra vez ¡PI-PI! ¡PI-PI! pero los enamorados no oían por los fuertes latidos de sus corazones y sus pensamientos.
El carro no alcanzó a frenar del todo entonces atropelló a Juana y Alejandro dejando así una mala noticia para su familia, amigos y para la escuela, el día se torno tricolor por todo lo que había sucedido.
Como si no les importara siguieron besándose frente a la profesora mientras ella tomaba correctivas contra los tortolitos, la maestra al ver que no conseguía ninguna corrección para éste episodio decidió mandarlos para sus hogares y a esta idea le sumo los demás estudiantes, así que nadie más que solo los profesores quedaron ahí en el colegio.
Los dos enamorados salieron de la escuela muy desprevenidos, amándose, besándose, mirándose a los ojos y sin darse cuenta de lo que pasaba en el mundo real; caminaban tomados de la manos y cuando se disponían a cruzar una calle, mientras a lo lejos vieron un carro pero los dos pensaron que alcanzaban a pasar y como iban tan entretenidos apreciándose el uno al otro, el coche siguió e iba tan rápido que en un par de miradas ya estaba frente a ellos, les pitó ¡PI-PI! ¡PI-PI! una y otra vez ¡PI-PI! ¡PI-PI! pero los enamorados no oían por los fuertes latidos de sus corazones y sus pensamientos.
El carro no alcanzó a frenar del todo entonces atropelló a Juana y Alejandro dejando así una mala noticia para su familia, amigos y para la escuela, el día se torno tricolor por todo lo que había sucedido.
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