19 de agosto de 2014

Entre amigos más posibilidades hay para follar.

Él, llamó al teléfono; Felipe, su mejor amigo, estaba sólo en su casa, hablaron y hablaron por horas como solían hacerlo, el mejor amigo, decide invitarlo a su casa mientras sus padres llegaban y además de eso ven algo de televisión. Juan David Ibáñez Muños, siendo mejor amigo de Felipe Andrade por más de un año, llega a la casa. El par de amigos se saludan y entran a la casa para mirar la tele, mientras están frente al aparato tecnológico, Felipe se dirige a la cocina para traer algo de comer mientras David experimenta de nuevo ciertos sentimientos hacia Felipe, pero no se los da a conocer. Él mira morbosamente a Felipe, deseando que el susodicho lo ponga en cuatro patas para recibir la gigantesca verga erecta. Felipe, en el instante que salía de la sala, se dio un fuerte manotazo en las nalgas ¡¡TAZ!! A causa de un insecto que lo estaba picando, esta acción excitó muchísimo más a David.

Lo que David no sabía es que su mejor amigo “Pipe” como lo llamaban de cariño, también sentía ciertas palpitaciones por “JuanDa”, los dos eran ¡¡GAYS!! Y sentían un tanto de lo mismo pero nunca lo demostraban por miedo. Felipe se preguntaba ¿Y si voy y lo agarró por la espalda para hacerle sentir mi chimbo? ¿Se dejará? ¿Le gustará? mierda ¿Cómo reaccionará?, Después de todas esas preguntas, Felipe regresó a la sala, Juan David está de pie frente al televisor mirando algunos adornos.

Felipe se acerca, lo agarra por la espalda, lo arquea a tal punto de que su culo queda tocando la verga erecta de Felipe, los dos se emocionan, se excitan y de un momento a otro, Puff, Felipe ya no está, se marchó de nuevo a la cocina; Juan, lo persigue para ponerle fin a ese jueguito arrecho que comenzaron, se encuentran en la parte del arte culinario (la cocina), se besan, se tocan, se despojan de sus prendas y ahí es cuando... –Ring Ring, suena el teléfono-, Felipe contesta y son sus padres anunciando que se van a demorar más de lo esperado. 
El muchacho Ibáñez, se retira un momento para el baño, antes pidiéndole permiso a su amigo; cuando Ibáñez regresa a la sala, observa a Felipe ahí sentado sospechosamente, baja un poco la mirada y ve que Pipe tiene su gran anaconda venosa entre manos y la está acariciando rápidamente esto lo acompaña de un susurro: “Juan David, oh, que rico”.


Juan David, sigue caminando y mirando a Felipe se sienta junto a él, pipe se da cuenta de la aparición de su amigo y trata de guardar su verga venosa, pero JuanDa, arrecho le dice: -¡No la guardes!- a lo que pipe responde –vamos a mi cuarto-. Los dos se dirigen hacia el dormitorio para terminar de quitarse la ropa y poder seguir con sus demencias, cuando llegaron a la habitación, Juan David se agacha, tomando entre sus manos el pito de su amigo y listo para introducírselo a la boca, Felipe tumbado boca arriba sobre la cama desliza sus propias manos por todo su cuerpo hasta llegar a sus tetillas, él gemía de tal manera que apetecía que pasara algo más, David le susurra al oído –Follemos-, haciendo caso a esas palabras suaves, empiezan a follar violentamente, uno, dos y tres polvos de seguidos, David le pide que el cuarto se lo eche por todo el cuerpo y así fue, los dos se fundieron en una infinita humectación de sus cuerpos con el flujo que sale de sus miembros inferiores, semen.

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