Él, llamó al teléfono; Felipe, su mejor amigo, estaba sólo
en su casa, hablaron y hablaron por horas como solían hacerlo, el mejor amigo,
decide invitarlo a su casa mientras sus padres llegaban y además de eso ven
algo de televisión. Juan David Ibáñez Muños, siendo mejor amigo de Felipe
Andrade por más de un año, llega a la casa. El par de amigos se saludan y
entran a la casa para mirar la tele, mientras están frente al aparato
tecnológico, Felipe se dirige a la cocina para traer algo de comer mientras
David experimenta de nuevo ciertos sentimientos hacia Felipe, pero no se los da
a conocer. Él mira morbosamente a Felipe, deseando que el susodicho lo ponga en
cuatro patas para recibir la gigantesca verga erecta. Felipe, en el instante
que salía de la sala, se dio un fuerte manotazo en las nalgas ¡¡TAZ!!
A causa de un insecto que lo estaba picando, esta acción excitó muchísimo más a
David.
Lo que David no sabía es que su mejor amigo “Pipe” como lo
llamaban de cariño, también sentía ciertas palpitaciones por “JuanDa”, los dos
eran ¡¡GAYS!! Y sentían un tanto de lo mismo pero nunca lo demostraban por miedo.
Felipe se preguntaba ¿Y si voy y lo
agarró por la espalda para hacerle sentir mi chimbo? ¿Se dejará? ¿Le gustará?
mierda ¿Cómo reaccionará?, Después de
todas esas preguntas, Felipe regresó a la sala, Juan David está de pie frente
al televisor mirando algunos adornos.
Felipe se acerca, lo agarra por la espalda, lo arquea a tal
punto de que su culo queda tocando la verga erecta de Felipe, los dos se emocionan,
se excitan y de un momento a otro, Puff,
Felipe ya no está, se marchó de nuevo a la cocina; Juan, lo persigue para
ponerle fin a ese jueguito arrecho que comenzaron, se encuentran en la parte
del arte culinario (la cocina), se besan, se tocan, se despojan de sus prendas y
ahí es cuando... –Ring Ring, suena el
teléfono-, Felipe contesta y son sus padres anunciando que se van a demorar
más de lo esperado.
El muchacho Ibáñez, se retira un momento para el baño,
antes pidiéndole permiso a su amigo; cuando Ibáñez regresa a la sala, observa a
Felipe ahí sentado sospechosamente, baja un poco la mirada y ve que Pipe tiene su
gran anaconda venosa entre manos y la está acariciando rápidamente esto lo
acompaña de un susurro: “Juan David,
oh, que rico”.
Juan David, sigue caminando y mirando a Felipe se sienta
junto a él, pipe se da cuenta de la aparición de su amigo y trata de guardar su
verga venosa, pero JuanDa, arrecho le dice: -¡No
la guardes!- a lo que pipe responde
–vamos a mi cuarto-. Los dos se dirigen hacia el dormitorio para terminar de quitarse
la ropa y poder seguir con sus demencias, cuando llegaron a la habitación, Juan
David se agacha, tomando entre sus manos el pito de su amigo y listo para
introducírselo a la boca, Felipe tumbado boca arriba sobre la cama desliza sus
propias manos por todo su cuerpo hasta llegar a sus tetillas, él gemía de tal
manera que apetecía que pasara algo más, David
le susurra al oído –Follemos-, haciendo
caso a esas palabras suaves, empiezan a follar violentamente, uno, dos y tres polvos de
seguidos, David le pide que el cuarto se lo eche por todo el cuerpo y así fue, los dos se fundieron en una infinita humectación de sus cuerpos con el flujo que sale de sus miembros inferiores, semen.
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